Irit Numa, doctorando e investigadora en cinematografía, se vale de la cinematografía para ayudar a jóvenes en situación de vulnerabilidad a desarrollar la capacidad de reconocer opciones y de aspirar a tener un futuro mejor.
Una caja de herramientas cinemáticas para el cambio personal
Las elecciones y los anhelos determinan el curso de nuestra vida. Sin embargo, para los jóvenes en situación de vulnerabilidad, el poder de elegir y soñar no siempre se encuentra al alcance de la mano. Irit Numa, doctorando e investigadora en cinematografía, se vale de la cinematografía para ayudar a estos jóvenes a desarrollar la capacidad de reconocer opciones y de aspirar a tener un futuro mejor.
“Las películas tienen algo terapéutico, hasta catártico. Cuando contamos una historia, construimos nuestra identidad, y si ésta no nos agrada, podemos reescribirla o elegir otro punto de vista”, explica Numa. “La producción de películas ayuda a las personas a desarrollar una mayor conciencia de sí mismas y a cambiar.”
Después de una década dirigiendo talleres de cine en centros comunitarios, Numa se propuso llevar este trabajo a otro nivel, más científico todavía: crear, probar y evaluar una caja de herramientas terapéuticas que se emplee con la juventud partiendo del cine. El proyecto de investigación doctoral presentado por Numa no se parece ni por asomo a nada que se haya avalado en la Facultad de Artes ”Yolanda y David Katz” hasta la fecha, por lo que encontrar un profesor tutor para esta investigación resultó muy complicado. De tanto golpear puertas, Numa finalmente logró contactarse con la profesora Nitzán Ben Shaúl, quien la fue guiando hasta el elemento que hace de su trabajo algo singular y potente: el uso de una técnica hipernarrativa para cuentos en sus talleres.
En el género híper-narrativo, las historias se desarrollan de acuerdo con las elecciones particulares de los personajes, al estilo de películas de los años noventa como Corre, Lola corre y Dos vidas en un instante. “Cuando los estudiantes trabajan con más de una trama, ésta se bifurca y ellos advierten que, si el personaje toma una decisión determinada, ésta lo va a llevar a un resultado determinado y que, si que toma otra decisión, ésta va a tener consecuencias completamente diferentes”, explica Numa.
Por ejemplo, como en este caso: “Le presté cien shékels a una amiga y ahora me dice que no me los puede devolver”. Una de las posibles reacciones sería recurrir a la violencia, con la consecuencia de que pierda una amiga, o de que ésta no me devuelva el dinero o de que me suspendan en la escuela. Otra alternativa sería cambiar la deuda por ayuda con las materias o para mejorar las notas y de paso fortalecer la amistad.
“El hecho de hacer énfasis en las opciones al alcance de la mano es lo que caracteriza a mi enfoque”, destaca Numa. “Los estudiantes aprenden a controlar su vida y abren la mente a nuevas opciones y posibilidades.”
La trayectoria académica de Numa es una síntesis de sus propias elecciones, sueños y experiencias mientras crecía en barrios desfavorecidos del sur de Tel Aviv. Numa tiene un B. A. en ciencia del comportamiento y empezó a trabajar con jóvenes internados en hospitales psiquiátricos. Cuando el trabajo se le hizo insostenible, se empezó a preguntar qué cosa la haría feliz. La respuesta fue empezar una maestría en bellas artes con especialización en la redacción de guiones mientras trabajaba como tutora de jóvenes en situación de vulnerabilidad.
La investigación de Numa contó con el apoyo de una beca “Dan David” así como de sociedades creadas, entre otros, con el programa “Senderos que van a la universidad” de la Unidad para el Compromiso Social de la División de Servicios Estudiantiles “Ruth y Allen Zieger” de la UTA, el Departamento de Cinematografía y Televisión de la UTA y el proyecto del Canal Dos, “Creando con Kesher”.
