Hadar Weinberger, que pretende que los médicos hagan mejores juicios morales, se cuenta entre el primer grupo de participantes del Centro para la Ética “Edmond J. Safra” de la UTA
Hagar Weinberger, que cursa el quinto año de su doctorado y maneja aviones a control remoto en su tiempo libre, ha advertido que los médicos y los otros profesionales de la salud tienen una formación deficiente en lo que respecta a cómo encarar el estrés laboral y tomar decisiones responsables.
“Pongámonos en los zapatos de un médico a punto de terminar una larga guardia nocturna que lo ha dejado agotado desde lo emocional. Estamos agobiados y saturados,” explica Hagar. “Igualmente, se espera que prestemos total atención a los pacientes y que seamos amables con ellos en todo momento. La sociedad exige perfección a los médicos, pero hoy en día no se cuenta con las herramientas necesarias para enseñar a estos profesionales de la salud cómo hacer frente a este torbellino de presiones de la mejor forma o cómo manejarse en forma profesional.”
La investigación de Hagar, bajo la supervisión del profesor Yechiel Michael Barilán de la Facultad de Medicina “Sackler”, encara esta necesidad pertinente. Es por eso que esta doctorando desarrolla pautas, que quizás en el futuro se incluyan en los manuales de educación para médicos, y que abordan cuestiones de fondo en materia de ética, como por caso, cómo hacer juicios morales en situaciones de estrés, cómo mantener el equilibrio entre el deseo de innovar y la necesidad de cumplir con los protocolos, y cómo aceptar los errores pero vivir sin la carga de la culpa. Al combinar la sociología, la psicología, la medicina y la filosofía, el trabajo de Hagar podría aplicarse en el terreno militar, en que se espera que los líderes se manejen con profesionalismo en situaciones de estrés.
Leyendo a Maimónides y comiendo humus
Como integrante del Centro para la Ética “Edmond J. Safra”, Hagar está muy involucrada en las actividades de esta institución. Una vez por semana, participa de un coloquio del centro junto con otros doctorandos, postdoctorandos y miembros de la facultad, en el que se leen y debaten textos modernos y clásicos mientras se come humus y pita. En las últimas sesiones se abordaron temas que revisten múltiples aristas, tales como cómo definir el consentimiento, la ética del aborto y la eutanasia y los usos correctos e incorrectos del placebo. Además del coloquio semanal, el Centro organiza foros para investigadores y profesionales en todo Israel. Por ejemplo, un grupo de trece expertos provenientes del campo de las ciencias sociales, la medicina, la salud y el derecho empezó a reunirse en el 2013 para debatir la política vacunatoria de Israel. Otro grupo se reúne una vez por mes para analizar las últimas investigaciones relacionadas con la toma de decisiones con criterio ético. Asimismo, se suele invitar a expertos de otros países a que den charlas.
“La misión del Centro para la Ética “Edmond J. Safra” consiste en fomentar nuevas formas de pensamiento y alentar el diálogo entre investigadores y profesionales provenientes de diversos campos del saber,” explica el profesor Shai Lavi, director del centro. “Encaramos la necesidad creciente de que haya un debate ético en Israel.”
El Centro para la Ética “Edmond J. Safra” de la UTA fue así bautizado en homenaje al fallecido Edmond J. Safra, uno de los banqueros y filántropos más importants del siglo veinte. El centro fue inaugurado por su esposa, Lily Safra, doctora honoraria de la UTA, en 2012.