Buenos Aires, Sábado 23 de Noviembre de 2024
Contáctenos

(+5411) 4833.7090
info@auta.org.ar


Suscripción

Suscríbase a nuestras novedades.

ARTICULOS


31.12.2014  |  06:00 hs.  |  Amigos Universidad de Tel Aviv

Amigos de la Universidad de Tel Aviv

Creando bosques de la nada


Investigadores de la Universidad de Tel Aviv producen cultivos de biocombustible innovadores para reducir la contaminación ambiental.

Los temores ante el impacto del calentamiento global han llevado a los científicos a buscar en forma denodada la forma de reducir los niveles de dioxido de carbono que producen los seres humanos. En este sentido, los investigadores de la UTA hacen su contribución a esta causa mediante la creación de bosques en lugares insospechados, como el inhóspito desierto del Aravá en Israel.

Al valerse de plantas autóctonas, agua reciclada que, así y todo resulta inservible para la agricultura, y terrenos áridos que no son aptos para el cultivo de vegetales, los investigadores de la UTA encontraron una combinación muy prometedora.

En muchas partes del mundo, lo que incluye áreas de la India, Asia central y el desierto del Sahara, este nuevo grupo de plantas, no sólo resultaría viable en terrenos yermos, sino que además serían de gran ayuda para reducir los niveles de carbono en la atmósfera. Estas plantas podrían absorber los gases tóxicos que se encuentran en la atmósfera para convertirlo en oxígeno.

Si bien urge preservar los bosques existentes, esto no alcanza para neutralizar las emisiones de dióxido de carbono. En la lucha para crear bosques que contribuyan a disminuir los niveles de este gas en la atmósfera, muchos países convirtieron tierras cultivables en bosques. Sin embargo, de acuerdo con los investigadores de la UTA, es más provechoso emplear terrenos para los que hasta ahora no se encontraba utilidad.

Para preservar las fuentes de agua dulce, los investigadores echaron mano de agua que normalmente se considera de baja calidad, esto es, aguas servidas y agua salada, la cual es el subproducto proveniente de las plantas desalinizadoras. Para coronar el experimento, se buscaron especies vegetales lo suficientemente robustas como para prosperar en el desierto. Los investigadores adoptaron el género Tamarix, familia de plantas que incluye a los cedros de agua salada autóctonos en desiertos antiquísimos.  

Una vez obtenida la primera cosecha de estos árboles, es necesario profundizar las investigaciones, lo que incluye establecer la cantidad de dióxido de carbono que estas plantas pueden absorber de la atmósfera.

Asimismo, estos árboles pueden servir como fuente de energía renovable. Los cultivos de “biomasa” o “biocombustible” bien podrían ayudarnos a reducir nuestra larga dependencia de los combustibles fósiles como el carbón. Sin embargo, resta dilucidar cuál es la cantidad apropiada de tierras cultivables que se puede destinar a este fin, ya que un exceso de cultivos podría desencadenar una escasez de alimentos.  

Próximas Actividades