Con gran orgullo, los Amigos de la Universidad de Tel Aviv en Argentina deseamos informar que el internacionalmente reconocido Ingeniero de la NASA, Miguel San Martín será uno de los panelistas del INNOVATION DAY 2016 a realizarse el día jueves 2 de junio de 9 a 13 hs. en la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza.
Informes: http://www.auta.org.ar/nota/val/328/val_s/13/innovation-day-2016
Inscripción: http://iday2016.eventbrite.com.ar
Miguel San Martín es argentino y dirige el Laboratorio de Ciencia de Marte de la NASA. Fue el creador del software que le permitió a la aeronave Curiosity descender sobre la superficie del planeta Marte a más de 520 millones de kilómetros de la Tierra. El ingeniero está a cargo del viaje, el descenso y la operación en la superficie marciana.
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Su difícil pero exitosa misión consistió en tratar que este enorme vehículo espacial Curiosity (Curiosidad) llegara a Marte si un rasguño y lo lograron.
El Curiosity es el vehículo explorador más grande y más sofisticado que ha construido la NASA. Pesa cerca de una tonelada y tiene el tamaño de un auto (el doble que sus antecesores, los rovers Spirit y Opportunity, enviados a la superficie marciana en 2004).
Debido a la distancia entre la Tierra y Marte (570 millones de kilómetros) las comunicaciones tienen un retraso de 14 minutos, por lo que controlar el amartizaje en vivo es imposible. Por eso, San Martín diseñó un software que permite que todo el proceso sea automático.
El robot lleva aparatos para tomar fotografías, oler, saborear e incluso perforar. Estudiará el ambiente para determinar si el cráter gigante donde tiene previsto descender fue en algún momento un medio ambiente habitable para la vida microbiana. Su brazo robot de 7 metros de largo tiene un taladro eléctrico en el extremo que puede perforar tanto rocas como la superficie. Al igual que un científico en un laboratorio, puede transferir el polvo del suelo hasta su mesa de trabajo a bordo para desentrañar los minerales y en busca de elementos orgánicos, considerados los ladrillos químicos de la vida.
Curiosity cuenta con diez instrumentos para analizar el suelo marciano y determinar la existencia de vida en la actualidad o el pasado
El rover logró transmitir evidencia bien clara de que en el cráter Gale, el lugar donde aterrizó, hubo en la antigüedad un flujo de agua corriente, tan alto como desde el tobillo a la rodilla. Probablemente, agua potable y propicia para el desarrollo de vida orgánica, ya que era agua que corría como en un lecho de río y no estaba estancada",
El investigador indicó que el paso más importante hasta ahora ha sido descubrir, a partir del análisis de rocas en el planeta, que existió un medioambiente favorable para la vida y que persistió por cientos o miles de años.
Durante el primer año, Curiosity transmitió hacia la Tierra más de 190 gigabits de datos, equivalentes a 45.600 canciones almacenadas en dispositivos MP3 o a 36.700imágenes de alta definición.
Su láser, fabricado por un equipo francés, fue utilizado en miles ocasiones para perforar y analizar la composición de las rocas. Ese análisis permitió encontrar arcilla y determinar que el agua no era salada, ni demasiado ácida como para impedir la vida microbiana, sino que tenía un PH (potencial hidrógeno) neutro. Estos descubrimientos y la cautela de los ingenieros de la NASA explican por qué Curiosity recorrió apenas 1,5 km desde su llegada a Marte.
"La performance del vehículo fue óptima y se comportó muy bien. Mes a mes Curiosity nos sorprendía con fotos, videos y el material analizado de Marte. Al principio, los técnicos y jefes de la NASA fueron más conservadores, teniendo en cuenta las dificultades de una misión de este tipo, valuada en 2500 millones de dólares. Si le enviás al robot un comando equivocado, podés romper el brazo del vehículo o hacerlo chocar contra una pared de rocas. La prudencia debía ser muy grande y por eso se avanzó lentamente y en forma cautelosa. Lo mandaban a recorrer 10 o 20 metros y lo hacían detener para sacar una foto y tomar luego la decisión de continuar o no", comentó San Martín
Y agregó: "Pero con el transcurso de los meses, más riesgos se fueron tomando. Y hoy en día confiamos más en el sistema automático de a bordo que puede detectar obstáculos y esquivarlos y le decimos ´dale 100 metros y pará´. Teniendo en cuenta que vos te comunicás solo 2 veces por día con el vehículo había que tener paciencia y tomar pocos riesgos al principio".
Miguel recuerda bien el momento en el que supo que quería ser un ingeniero espacial: Fue en una fría noche de invierno, en 1976, mirando el cielo en la chacra de mi familia en Río Negro, mientras escuchaba por la onda corta de la BBC cómo la nave Viking llegaba a Marte, en ese entonces tenía 17 años. Un año después dejaría su Argentina natal y viajaría a Estados Unidos para hacer realidad su sueño. Primero estudió electrónica y luego hizo una maestría en aeronáutica y astronáutica en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Apenas concluyó sus estudios pudo cumplir con una fantasía que tienen millones de niños en todo el mundo: ingresar a la agencia espacial estadounidense, la NASA, meca de la investigación cósmica.
Difícilmente habría podido imaginar este argentino que casi tres décadas más tarde seguiría trabajando para la NASA y sería uno de los máximos responsables del que hoy es el programa más ambicioso de la agencia: la misión Curiosity (Curiosidad) a Marte.
“Cuando se enteran de que soy responsable del guiado, navegación y control de esta misión muchos imaginan que manejo el Curiosity de forma remota, como si tuviera un joysticky jugara a un videojuego”, se ríe el experto. La realidad es mucho más compleja.
"En lo personal fue un gran placer participar de esta exitosa misión. Yo vine a EE.UU. para hacer un trabajo y no pensé que se me iba a dar esta oportunidad. En 1997 el robot Pathfinder funcionó y eso me permitió crecer. Luego en 2004, con los rovers Spirit y Opportunity pasó lo mismo. La práctica lo hace a uno mejor", analizó el ingeniero argentino que desde chico tuvo una enorme pasión por la ingeniería electrónica y luego espacial
Nuevos proyectos de San Martín en la NASA
"Hace un año estaba dedicado a un solo proyecto: Curiosity. Hoy en día estoy en más de una docena", explica alegre el ingeniero San Martín.
Estamos trabajando en el robot Mars 2020, que será un vehículo similar a Curiosity pero más potente y con nuevos y más instrumentos. Tendrá un sistema de descenso igual a Curiosity, en una misión de 1500 millones de dólares. Explorará la superficie marciana y deberá recoger tierra, rocas y profundizar en experimentos para determinar si allí hubo vida microbiana", precisó el científico argentino.
El nuevo robot dependería de núcleos de extracción mucho más ligeros que Curiosity para recoger 31 muestras , que otra nave las traería a la Tierra y así cumplir el antiguo anhelo de la comunidad científica de examinar el terreno del vecino planeta bajo un microscopio en un laboratorio terrestre.
Afirmó que se está trabajando en buscar mejores tecnologías para descender en Marte. "Hoy en día no podemos bajar más de 1 o 1,2 toneladas con el sistema de paracaídas, retropropulsores y cables de acero, con el que descendimos a Curiosity. Por ello buscamos un salto en la tecnología para descender robots más grandes o incluso a vehículos con humanos, ya que para bajar una tripulación al planeta rojo necesitás aterrizar una nave de 15 a 20 toneladas de peso", ahondó San Martín.
San Martín también trabaja en la misión Insight 2016, que contará con un diseño viejo pero efectivo, como el utilizado con el robot Phoenix de 2008. La sonda con patas, se ubicará en Marte con el propósito de perforar el suelo a gran profundidad y así poder analizar la evolución rocosa del planeta rojo".
Con los ojos en Marte
Más allá del éxito de la misión de Curiosity y otros robots al planeta rojo, hay una pregunta que permanece latiendo a la espera de una respuesta concreta. ¿Cuándo el hombre llegará a Marte?
"No hemos salido de la órbita terrestre desde el Apolo 17, en 1973. Y lamentablemente casi todo se determina según el presupuesto con el que contás. Cuando el hombre viajó a la Luna, EE.UU. gastó el 10 por ciento de su presupuesto nacional. La NASA debería aumentar su presupuesto en forma dramática, algo que hoy no ocurre", puntualizó el ingeniero argentino que concluyó que sólo se llegará al planeta vecino más cercano que tiene la Tierra, con una misión internacional, es decir con la cooperación de los, estadounidenses, europeos y chinos".
Una misión con la que Ray Bradbury soñó y llegó a contagiar a través de sus novelas a millones de personas, que buscan pisar otro suelo en el vasto universo que rodea la Tierra.
Extractos de artículos publicados en el diario La Nación