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28.03.2016  |  03:00 hs.  |  Amigos Universidad de Tel Aviv

Amigos de la Universidad de Tel Aviv

LA DESTACADA CIENTIFICA DINORAH FRIEDMANN - MORVINSKI, QUIEN HA LOGRADO IMPORTANTES AVANCES EN LA LUCHA CONTRA EL CANCER


Deseamos informarles que la Dra. Dinorah-Fridmann-Morvinski investigadora de la Universidad de Tel Aviv y del Instituto Salk será disertante en el  INNOVATION DAY 2016. Su investigación se centra en el estudio de tumores del cerebro para tratar de entender cómo se generan estos tumores tan agresivos y diseñar nuevos tratamientos para combatir este tipo de cáncer en base a la combinación de nanomedicina e inmunoterapia.

El evento se relizará el día jueves 2 de junio de 9 a 13 hs. en la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza. Los otros panelistas son: Gerry Garbulsky (TEDx), Andy Freire (Ministro de Innovación- CABA), Miguel San Martin (ingeniero de la NASA); Emiliano Kargieman (CEO de Satellogic), Diego Bekerman, Director General de Microsoft, Federico Procaccini (CEO de Google), Dinorah Friedman- Morvinski, Investigadora de la Universidad de Tel Aviv, Galo Soler-Illia (nanotecnólogo)  y Sergio Feferovich (director de orquestas).

Informeshttp://www.auta.org.ar/nota/val/328/val_s/13/innovation-day-2016

Inscripciónhttp://iday2016.eventbrite.com.ar

La Dra. Dinorah Friedmann-Morvinski de la Universidad de Tel Aviv junto con científicos del Instituto Salk, encuentran un factor clave para el tratamiento del cáncer cerebral mortal

La Dra. Dinorah Friedmann-Morvinski de la Universidad de Tel Aviv junto con científicos del Instituto Salk, en La Jolla, California, Estados Unidos, han descubierto una clave de cómo las células tumorales del glioblastoma multiforme proliferan de forma tan rápida y cómo convertir ese motor de crecimiento del tumor en un objetivo para el tratamiento del cáncer.

“Nuestros experimentos confirmaron que se necesita NF-kB para que prolifere la célula cancerosa”, dice Dinorah Friedmann-Morvinski, primera autora de la investigación y actualmente científica en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Tel Aviv, en Israel. “Pero ahora hemos encontrado finalmente una manera de mejorar el tumor para aumentar la vida útil”, agrega.

“En el futuro, queremos centrarnos en las formas de reducir la toxicidad de los fármacos para este tipo de cáncer –adelanta Friedmann-Morvinski– Esperamos poder hacer esto dirigiendo estos fármacos específicamente al tumor o mediante la identificación de objetivos concretos para prolongar la supervivencia de una manera segura y eficaz”.

El glioblastoma multiforme es un cáncer particularmente mortal, de forma que una persona diagnosticada con este tipo de tumor cerebral generalmente sobrevive 15 meses, si se le da la mejor atención. El fallecido senador estadounidense Ted Kennedy sucumbió a esta patología en poco más de un año.

“Es una enfermedad para la que no ha habido prácticamente ninguna mejora en el resultado del tratamiento durante años”, afirma Inder Verma, profesor en el Laboratorio de Genética del Instituto Salk y autor principal del artículo sobre este trabajo que se publica este viernes en ‘Science Advances’. “Está claro que incluso si un cirujano extirpa el 99,99 por ciento de un tumor glioblastoma multiforme, lo que se deja atrás volverá y crecerá de nuevo en más tumor”, añade.

Para estudiar cómo se propaga el glioblastoma multiforme, el equipo de Verma se centró en un factor de transcripción llamado factor nuclear kB (NF-kB o). Un factor de transcripción es una proteína que se une al ADN y controla el destino de la expresión génica para un conjunto particular de genes. Varios factores conocidos pueden desencadenar la actividad de NF-kB en una célula, como la radiación ultravioleta e ionizante, proteínas inmunes (citoquinas) y el daño del ADN.

En el caso del glioblastoma multiforme, Verma y colegas realizaron una batería de pruebas para mostrar cómo demasiada actividad de NF-kB llevó a las células cancerosas a proliferar y cómo parar NF-kB desaceleró el crecimiento del cáncer y elevó la supervivencia.

El equipo de científicos comenzó a trabajar con un modelo de ratón de glioblastoma multiforme y empleó herramientas genéticas para manipular las células. También eliminaron una enzima que aumenta con lo que lograron que  el crecimiento del tumor se redujera y los ratones vivieron significativamente más tiempo que los roedores cuya actividad no se modificó.

Aunque estos experimentos genéticos ofrecieron nuevos conocimientos sobre el glioblastoma multiforme, no son un tratamiento viable en los seres humanos. “Así que nos preguntamos cómo podríamos manipular el sistema utilizando la farmacología en lugar de la genética”.

Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que una de las razones por las que el glioblastoma multiforme vuelve tan rápidamente después de la cirugía es el llamado microambiente tumoral. En otras palabras, un tumor cambia el ambiente de su entorno (tejidos cercanos) para que sea más fácil para las células cancerosas prosperar.

En lugar de utilizar herramientas genéticas, el equipo intentó tratar los tumores cerebrales de una manera que también cambió el microambiente tumoral. Los científicos dieron a los ratones un péptido que viaja fácilmente a través del sistema nervioso central y puede penetrar con éxito en las células tumorales.

Los ratones tratados con el péptido NBD duplicaron su tiempo típico de supervivencia en comparación con los roedores que no lo recibieron. “Podríamos aumentar el tiempo de supervivencia de un mes sin tratamiento a tres meses con el tratamiento Eso es un aumento profundo en la esperanza de vida, especialmente teniendo en cuenta que un ratón sólo vive durante dos años”.

Sin embargo, mientras que este péptido mantuvo los tumores a raya, eventualmente causa toxicidad, muy probablemente en el hígado, por lo que los investigadores exploraron otra táctica para frenar la actividad de NF-kB lo cual  puede ser muy complicado debido a que tiene muchas otras funciones importantes: ayuda a regular la supervivencia celular, la inflamación y la inmunidad entre muchas otras funciones en la célula.

Los científicos rastrearon qué genes estaban influenciados por NF-kB y encontraron uno, que ha sido previamente implicado en el cáncer de pulmón. Al tratar este gen los investigadores vieron que se ralentizó el crecimiento del tumor e incrementó el tiempo de supervivencia en ratones por unos pocos meses.

“En el futuro, queremos centrarnos en las formas de reducir la toxicidad de estos fármacos –adelanta Friedmann-Morvinski– Podemos hacer esto dirigiendo específicamente estos fármacos al tumor o mediante la identificación de objetivos específicos para prolongar la supervivencia”. 

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