Una investigación revela que un primo cercano de las medusas evolucionó hasta convertirse en un parásito microscópico que se hospeda en los peces
Tel Aviv- Los niños aprenden que todos los seres vivos, desde animales, plantas y hongos hasta bacterias y organismos unicelulares, pertenecen a categorías claramente definidas de vida orgánica. Un nuevo descubrimiento hecho por investigadores de la Universidad de Tel Aviv y colaboradores internacionales podría redefinir los mismos criterios que se emplean para clasificar a estos animales.
Los investigadores descubrieron que un primo cercano de las medusas fue evolucionando hasta convertirse en un parásito microscópico. Este descubrimiento constituye el primer caso de una degeneración evolutiva extrema que se da en un animal.
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La investigación fue dirigida por la profesora Dorothée Huchon, del Departamento de Zoología de la Universidad de Tel Aviv y la profesora Paulyn Cartwright, de la Universidad de Kansas, en colaboración con el profesor Arik Diamant, del Centro Nacional de Maricultura de Israel y el profesor Hervé Philippe, del Centro para la Modelización y la Teoría de la Biodiversidad, CNRS, de Francia. Este estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Scientists.
¿De qué está hecho un mixozoo?
Esta investigación internacional se valió de la secuenciación del genoma para descubrir que los mixozoos, un variado grupo de parásitos microscópicos que infectan a huéspedes vertebrados e invertebrados, son en realidad un grupo espurio de cnidarios, la categoría o filo que incluye a las medusas, los corales y las anémonas de mar.
“Estas micromedusas expanden nuestros conocimientos básicos de lo que conforma a un animal”, afirma la profesora Huchon. “Es más, la confirmación de que los mixozoos son cnidarios requiere que se vuelva a clasificar a los mixozoos como parte del filo de los cnidarios.”
A pesar de los cambios radicales en la estructura del cuerpo y el genoma en el transcurso de millones de años, los mixozoos conservan algunas de las características básicas de las medusas, lo que incluye a los genes esenciales para producir picaduras.
“Los mixozoos son microscópicos, apenas unas pocas células que miden de 10 a 20 micrones de ancho, por lo que los biólogos pensaron que se trataba de organismos unicelulares”, agrega la profesora Huchon. “Pero cuando secuenciamos su ADN, dimos con el genoma de un animal marino macroscópico sumamente extraño.”
Aplicaciones en el mundo real
El descubrimiento de la transformación dramática de un animal marino macroscópico a un parásito microscópico resulta en si mismo interesante, pero además podría tener aplicaciones comerciales, ya que los mixozoos suelen asolar los bancos de peces comercializables, como la trucha y el salmón.
“Algunos mixozoos provocan un problema neurológico en el salmón conocido como la “enfermedad del remolino”, afirma la profesora Huchon. “Estos parásitos de los peces causan graves daños a la industria pesquera, y por desgracia no existe ningún tratamiento contra ellos. Tenemos la esperanza de que nuestros datos permitan comprender más a fondo la biología de estos organismos así como de desarrollar drogas más efectivas en la lucha contra los mixozoos.”
Hoy en día los investigadores están abocados al estudio de la evolución de aquellos genes en los mixozoos que producen el órgano punzante de las medusas. El estudio contó con fondos de la Fundacion para la Ciencia Nacional, la Fundación de Ciencia Binacional y la Fundación de Ciencia de Israel.