Claudio Ariel Garbarz. Ingeniero en Electrónica.(UTN-Argentina), Ingeniero en Telecomunicaciones (MEC-España). Director del Comsec Lab UTN - Buenos Aires. Consultor de Seguridad de las Comunicaciones de varios organismos estatales en Argentina , Israel y Estados Unidos, de Telecom Argentina e Ital Telecom. Comsec Consultant of Federal Bureau of Investigations - US Department of Justice, Laboratory of Computing Science - Massachussets Institute of Technology (MIT) and Berkeley University - California - USA. Profesor Titular en la UBA y la UTN e invitado de la School of Engineering an Applied Science of University of California - Los Angeles- UCLA. Perito de oficio de la Justicia Federal para analisis de comunicaciones y reconstruccion de delitos como el caso del atentado a la embajada de Israel, el asesinato de Mariano Ferreyra y en decenas de causas por escuchas e intercepciones ilegales. Fundador y Rector del Colegio Palermo (A-840) Buenos Aires (1984-1994)
Revelaciones de Ariel Garbarz, uno de los expertos que más sabe en seguridad informática y tecnológica en el país. “El gobierno tiene las herramientas, y nosotros disponemos de la tecnología, para impedir el espionaje doméstico en la Argentina. Pero no habrá una medida firme de proteger a todos los ciudadanos, mientras al poder político de turno le siga conviniendo obtener información, a veces, por medios no lícitos. Y hoy la información, en medio de venta de acciones y empresas, es el insumo más valioso”.
¿Cómo se hace para neutralizar los micrófonos láser que toman conversaciones privadas a distancia? “Las telefónicas tampoco colaboran porque son las que principalmente nos brindan los canales de comunicación que, después, son violados con estos sistemas de espionaje”. “El objetivo principal es la captura, el tráfico y la venta de información. Es el insumo más valioso en este momento. No sólo a nivel empresarial sino también a nivel político” “Los micrófonos láser se consiguen sin ningún tipo de requerimiento, más que tener el dinero. Estamos hablando de dispositivos que cuestan alrededor de u$s 25 mil dólares. Cualquier usuario puede ir y comprar estos micrófonos en dos o tres lugares del microcentro porteño”.
“Son dispositivos que no requieren violación de domicilio para ser instalados, se pueden instalar en un edificio que esté enfrente, aprovechando un vacío legal muy grande. Hasta se puede poner en un automóvil, apuntando a la ventana de la víctima”.
¿Usted coincide con que la Argentina se transformó en un paraíso para los espías y los aficionados a James Bond, por decirlo de alguna manera?
-No sé si la Argentina. En general, todo el mundo globalizado está expuesto a las nuevas tecnologías de espionaje. Obviamente, los que tienen la mayor tecnología, la más avanzada y la de mayor alcance, son los Estados Unidos, a través de la Agencia de Seguridad Norteamericana. Lo que pasa es que en la Argentina se ha incrementado mucho el uso de micrófonos láser, que antes eran prácticamente prohibitivos. Y ahora lo puede comprar cualquier pequeña agencia de espionaje. Son dispositivos que no requieren violación de domicilio para ser instalados, se pueden instalar en un edificio que esté enfrente…
- O sea que aprovechan un hueco que hay en la ley, y pueden hacer ese tipo de espionaje que en otra época hubiera sido necesario invadir propiedad ajena…
- Sí, efectivamente hay un vacío legal bastante grande. No, en escuchas telefónicas, pero sí en escuchas ambientales. Los micrófonos pertenecen a esa categoría.
- En todo esto hay un doble juego, porque por un lado es cierto que ha crecido mucho la inseguridad en la Argentina en los últimos años, y eso también crea temor en grupos empresarios que tienden naturalmente a buscar algún tipo de reaseguro, como es contratar una empresa liderada, en ciertos casos como los que estamos hablando, por ex agentes de inteligencia. Pero el tema es que esto no se usa sólo para proteger a eventuales víctimas sino también para obtener información de manera ilegal y entrometerse en la vida de otras personas. Ahí el Estado y nosotros, deberíamos hacer algo. ¿Qué podemos hacer?
A.G.: Lamentablemente, el Estado no toma cartas en el asunto. No solamente por el vacío legal existente sino porque no está impulsando realmente proyectos que existen y que tienden a impedir que se interfieran los teléfonos en forma ilegal y que se instalen estos sistemas de micrófonos. Respondiendo a la primera pregunta, el objetivo principal de estos sistemas de espionaje es la captura, el tráfico y la venta de información. Es el insumo más valioso en este momento. No sólo a nivel empresarial sino también a nivel político…
M.M.: Que es el tipo de espionaje que uno, hasta ahora, estaba más acostumbrado a que trascendiera.
A.G.: Nosotros en la Universidad de Buenos Aires hicimos un trabajo en el marco del proyecto nacional de seguridad informática, que es un proyecto universitario que ya tiene varios años, en los cuales hemos detectado que hay muchos jueces y políticos que tienen sus teléfonos intervenidos. Y se han hecho las correspondientes denuncias en la justicia federal. En realidad, el gobierno tiene las herramientas y tenemos la tecnología, tanto el hardware como el software, para impedir esto. Las telefónicas tampoco colaboran porque son las que principalmente nos brindan los canales de comunicación que después son violados con estos sistemas. Como en todas estas cosas, hasta que no se tome una decisión política firme de proteger a todos los ciudadanos. Y mientras al gobierno le siga conviniendo obtener información, a veces, por medios no lícitos, esto no va a ser cambiado.
M.M.: Una última consulta, ingeniero Garbarz, sobre el tema de los micrófonos. Así como existen mecanismos como Usted dice, aunque no se apliquen desde el Estado, para contrarrestar las “pinchaduras” de teléfono, ¿existe un antídoto para los micrófonos, que están tan de moda, y permiten escuchar conversaciones privadas a distancia?
A.G.: Para los micrófonos láser el antídoto más sencillo es poner cortinas de las que se usan en los teatros, en los cines o en los estudios de grabación. Bien pesadas, que cubran todos los vidrios de las ventanas. Con eso se evita que las vibraciones acústicas que produce la voz humana se transfieran al vidrio, produciendo esas vibraciones micrométricas que el láser detecta. Esas cortinas lo que hacen es absorber las vibraciones acústicas, entonces el vidrio no vibra y, al no vibrar, el láser no puede detectar la voz.
M.M.: Es decir que el micrófono láser no sirve para escuchar qué pasa entre bambalinas cuando dos vedettes discuten…
A.G.: En ese caso, hay que poner otro tipo de micrófonos, los inalámbricos, para los cuales también hay antídotos y hay unos equipos que se llaman shammer, que no son muy costosos y lo que hacen es bloquear todas las emisiones de radiofrecuencia que salen del interior de una habitación. Hay muchos empresarios que los usan. Hay bancos que están usando esos equipos. Hay tecnología y hay medidas no tan tecnológicas que sirven efectivamente para mantener la confidencialidad ambiental. Y para los teléfonos pinchados también hay software nacional, desarrollado en la UTN y en la UBA, que incluso se está exportando y que se llama DBA, Digital Bad Analizar, que bloquea cualquier digital que se ponga en la línea para pincharlas.
M.M.: Qué suerte que ante tanta tecnología destinada, a veces, a producir algún tipo de daño, también existe la tecnología disponible para repelerla.