29.12.2017 | 03:00 hs.
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Amigos Universidad de Tel Aviv
Amigos de la Universidad de Tel Aviv
ESTUDIO PROFUNDO SOBRE METÁSTASIS
Durante su investigación post-doctoral, la Dra. Neta Erez del Departamento de Patología recibió, por parte de su equipo de laboratorio, el sobrenombre de “Bruce Willis”, debido a su determinación férrea y “dura-de-matar”. Como directora de su propio laboratorio en la Facultad de Medicina Sackler, Erez se dedica plenamente a dilucidar qué ocurre cuando sobreviene la metástasis o cuando el cáncer se esparce y se vuelve mucho más letal. Haciendo que la ciencia de un paso más hacia una eventual estrategia para la prevención de la metástasis, Erez ha identificado un proceso por medio del cual algunas células “se tornan ‘defectuosas’” y brindan apoyo a la metástasis.
“Cuando el cáncer se diagnostica antes de que el tumor primario haya tenido chance de diseminarse hacia otra parte del cuerpo, el pronóstico de los pacientes es, generalmente, bueno”, dice Erez.
“Sin embargo, una vez que la metástasis se produce, el cáncer se vuelve mayormente incurable. En nuestro laboratorio, hemos demostrado que la inflamación – una respuesta del sistema inmune que puede estar asociada con el cáncer – es parte del trampolín que permite que las células metastásicas rudimentarias salten y sigan desarrollándose”.
Erez estudia los factores inflamatorios que ayudan a que el cáncer se esparza hacia los pulmones. “Si comparamos células de tejido conectivo normal y aquellas asociadas al cáncer conocidas como fibroblastos, podemos caracterizar una activación temprana que se produce antes que la metástasis avance”. “Una vez que identifiquemos las señales moleculares que causan esta activación, podría ser factible que las ataquemos con drogas que bloquearían la metástasis”, expresa Erez.
En otro área de su investigación, por la cual Erez recibió un importante subsidio del European Research Council (Consejo de Investigación Europeo), está investigando el modo en que el cáncer de piel hace metástasis en el cerebro.
“Hemos demostrado cómo las células cerebrales en los tejidos circundantes son secuestradas y corrompidas de modo tal que, en vez de cumplir su función original de mantenimiento y reparación del tejido lesionado, ayudan a que los tumores secundarios se establezcan en el cerebro. Nuestro próximo desafío será encontrar moléculas que puedan ser atacadas por medio de drogas para desbaratar este proceso”.