En la última edición de Tel Aviv Notes, del Centro Moshe Dayan para Estudios de Medio Oriente y África de la Universidad de Tel Aviv, Ido Yahel analiza el surgimiento del coronavirus en Siria y sus implicancias para ese país devastado por la guerra y también para la región.
Autor: Ido Yahel
18 de agosto de 2020
En la última edición de Tel Aviv Notes, del Centro Moshe Dayan para Estudios de Medio Oriente y África de la Universidad de Tel Aviv, Ido Yahel analiza el surgimiento del coronavirus en Siria y sus implicancias para ese país devastado por la guerra y también para la región.
La pandemia del coronavirus ha dejado sum arca en casi todos los países del mundo, pero mostró su potencial más destructivo en un estado devastado por la guerra con una infraestructura de salud precaria, como Siria. Por cierto, después de casi una década de una guerra civil devastadora, Siria podría constituir un incubador ideal para la propagación del virus. En marzo, cuando el coronavirus se convirtió en crisis global, solo el 64% de los hospitales públicos en Siria estaban funcionando en su totalidad, y muchos de ellos reportaron una considerable escasez de personal entrenado. Seis millones de Sirios son personas desplazadas internamente, muchos de los cuales viven hacinados en campos de refugiados dentro de las fronteras Sirias, y sufren de una infraestructura de agua y servicios sanitarios muy pobre. La población de estos campos ha aumentado significativamente desde diciembre de 2019, cuando un millón de sirios escaparon de sus hogares luego de la ofensiva de Bashar-al-Asad contra el bastión de los rebeldes en la Gobernación de Idlib.
Sin embargo, durante meses, el regimen insistió en mostrar a Siria como relativamente libre de los efectos del coronavirus. El 25 de marzo, cuando se informó acerca de los 471.000 casos de coronavirus en el mundo, Siria reportó sólo cinco casos. El 30 de marzo, cuando se contabilizaron 35.019 decesos como consecuencia del virus, Siria confirmó su primer caso fatal por coronavirus. Desde el 12 de agosto, se confirmaron 1.327 casos (546 de ellos en Damasco), con 53 muertes relacionadas con el virus. Estas cifras ubican a Siria en el lugar 193 del mundo en términos de cantidad de pacientes por millón de personas. Los canales de la televisión oficial siria convocaron analistas que se refirieron a los pedidos que llegaban de otros países solicitando la ayuda siria para luchar contra el virus, con el objetivo de demostrar que el sistema de salud en Siria es eficaz y eficiente. En mayo, el gobierno sirio anunció que levantaría el toque de queda nocturno y permitiría el movimiento entre gobernaciones, debido al pesado costo económico que estas restricciones habían tenido en la ya moribunda economía de Siria.