Con anterioridad, se había comprobado que las algas eran efectivas en el tratamiento de una rara enfermedad ocular, pero como consecuencia de los cambios ecológicos de la última década, las algas han dejado de producir esa substancia de manera natural y en las cantidades suficientes.
El nuevo desarrollo permitirá la producción del ingrediente activo con la calidad, cantidad y concentración requeridas, cuyo resultado será la continuación de los tratamientos sostenidos y efectivos.
Investigadores del Instituto Blavatnik para el Desarrollo y Descubrimiento de Medicamentos de la Universidad de Tel Aviv y del Centro Médico Sheba están desarrollando una solución para una enfermedad ocular genética e incurable llamada Retinitis Pigmentosa, que provoca degeneración de la retina y ceguera a una edad temprana. Pero a través del tiempo se pudo comprobar que la efectividad del tratamiento era inestable debido a cambios ecológicos en la composición de la aceleración que aumentaba en el océano, que se vio afectado por temperaturas y corrientes cambiantes, todo lo cual dejó a los pacientes sin respuesta.
Los investigadores que se especializan en el Desarrollo de drogas para enfermedades poco comunes se reunieron para llevar adelante la tarea, con el propósito de producir, en condiciones de laboratorio, el ingrediente activo en el alga ‘algae - 9- cis -β-carotene’ como base para el Desarrollo de una efectiva y confiable droga sintética, la cual puede ser producida en la calidad, cantidad y concentraciones deseadas. Quienes encabezan y llevan adelante este estudio son: Prof. Ehud Gazit, Dr. Elvira Haimov y Dr. Ludmila Bozanski del Centro Blavatnik para Desarrollo de Medicamentos de la Universidad de Tel Aviv, y los Dres. Yigal Rotenstreich y Yifat Sher del Centro Médico Sheba.
Los investigadores han explicado que la retinitis pigmentosa es una enfermedad genética, causada por mutaciones que impiden que el cuerpo absorba beta-carotenos – un pigmento esencial para la visión, que se encuentra en vegetales de color naranja como las zanahorias. Como resultado, se produce un proceso degenerativo en la retina, el campo visual del paciente disminuye hasta llegar a la ceguera completa e inevitable – a partir de la infancia y hasta los 30 años. En la actualidad, alrededor de 2.000 a 3.000 pacientes sufren esta enfermedad en Israel.
Hace aproximadamente diez años, se llevó a cabo una prueba clínica sobre 29 pacientes con retinitis pigmentosa que fueron tratados con un suplemento natural extraído de algas que contenían el ingrediente activo de C9 beta-caroteno, que es absorbido por los cuerpos de los pacientes a pesar de las mutaciones. El tratamiento mejoró la condición de cerca de un tercio de los pacientes en parámetros clave: visión nocturna, campo visual y actividad eléctrica de la retina.