“Volvamos al año 1991 por un instante, cuando Internet todavía estaba en pañales”, sugiere el doctor Aharon Hauptman, del Centro interdisciplinario para el análisis y el pronóstico en la universidad de Tel-Aviv. “¿Acaso se hubiera previsto que algo como 'Google Earth' y 'Street View' les haya servido a los terroristas a la hora de planear el ataque en Bombai en 2008?”
El uso malevolente de las tecnologías emergentes es el foco de un nuevo proyecto interdisciplinario, la predicción de nuevas amenazas a la seguridad o FESTOS (www.festos.org.il). El proyecto identifica y evalúa las amenazas futuras que presenta el abuso de los desarrollos científicos y los conocimientos tecnológicos, por caso, el desarrollo de nuevas bacterias infecciosas o virus resistentes a los tratamientos médicos disponibles, o el invento de materiales con la capacidad de mimetizarse para llevar adelante actividades secretas.
El doctor Yair Sharán, quien está a la cabeza de este proyecto, hace énfasis en que los terroristas se valdrán cada vez más tecnologías innovadoras para amenazar a la sociedad y causar el mayor daño posible. “El terrorista del futuro será más 'tecnológico' y estará más al tanto de los últimos desarrollos científicos”, afirma. “Existe la necesidad de prever el desarrollo de futuras amenazas a fin de estar mejor preparados para cuando éstas se materialicen.”
El proyecto FESTOS cubre amplias áreas de la ciencia y la tecnología con el propósito de detectar amenazas potenciales a la seguridad: tecnologías de la comunicación y la información, nanotecnologías, biotecnología, robótica, nuevos materiales y tecnologías de convergencia. Existen muchas tecnologías emergentes que pueden transformarse en amenazas; esto se da en lo que se conoce como la “robótica de enjambre”: a semejanza de la naturaleza, se programan robots para que coordinen sus actividades. Se cree que los robots podrían convertirse en el arma estándar de los terroristas, e incluso reemplazar a los hombres bomba.
