El estudio de la Universidad de Tel Aviv aporta reflexiones importantes para la prevenir el síndrome Burnout (agotamiento extremo) entre los educadores.
Un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv liderado por el Dr. Shahar Lev-Ari, Director del Departamento de Promoción de la Salud de la Facultad de Medicina Sackler analizó la resiliencia psicológica de los docentes antes y durante la pandemia de coronavirus. Los investigadores monitorearon a dos grupos de docentes en el centro de Israel durante la mayor parte de un año escolar. El primer grupo recibió apoyo profesional (a través del método IBSR o intervención IBSR (reducción del estrés basada en consultas), desarrollada por Byron Katie [www.thework.com], capacita a los sujetos para reducir su nivel percibido de estrés mediante la auto-indagación de sus pensamientos y creencias relacionados con circunstancias o síntomas estresantes. {Ensayos clínicos sobre Reducción del estrés basada en consultas - Registro de ensayos clínicos - ICH GCP}, que incluyó talleres y herramientas para la promoción de la salud personal, el alivio de estrés y el fortalecimiento de la resiliencia mental, mientras que el grupo de control continuó trabajando “como siempre” en clase y luego en sesiones online, sin apoyo alguno.
El estudio se llevó a cabo entre Noviembre de 2019 y Mayo de 2020: al principio, los participantes enseñaban en las aulas pero luego, con el inicio del primer confinamiento en Israel en Marzo de 2020, lo hicieron exclusivamente online. En un cuestionario distribuido antes del comienzo del primer estudio, los docentes informaron altos niveles de “burnout” (agotamiento extremo) como resultado de clases numerosas, sobrecarga de horas y falta de recursos adecuados.
Las conclusiones del grupo de investigación indican brechas significativas: por un lado, los docentes del grupo que recibió apoyo psicológico reportaron un significativo aumento en su resiliencia mental y satisfacción con sus vidas en general, lo cual se mantuvo luego de la irrupción de la pandemia. Durante la pandemia, reportaron mejores habilidades para afrontarla y una mejoría en su bienestar emocional, lo que incluyó emociones positivas, una fortalecida sensación de conexión con su trabajo y propósito, y mayor impulso y ambición. También reportaron mejores capacidades para relacionarse con y escuchar a sus alumnos y para maximizar sus capacidades profesionales en clase.
Por el otro lado, el grupo de control que no recibió apoyo, informó que tuvo sentimientos de frustración y burnout, extenuación y mayor sensación de merma en su autorrealización, tanto durante el año académico como durante la pandemia, y cuando se hizo necesaria la enseñanza online. Los docentes de este grupo reportaron un sentimiento de “extenuación total” al final del día y a veces también frustración y falta de motivación al comenzar un nuevo día de trabajo.
El Dr. Shahar Lev-Ari dijo: "La pandemia planteó nuevos desafíos que, naturalmente, generaron sentimientos de estrés y ansiedad entre los docentes. Además de la rápida transición a la enseñanza online, los docentes tuvieron que enfrentar la incertidumbre y las constantemente cambiantes normativas, como así también el miedo personal de contraer el virus”.